miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Por qué?

¿Por qué nos hicimos daño? ¿Por qué no luchamos más? Por ti nunca me hubiese rendido. En mis pupilas, en la cicatriz de mi mano, de mi cuello... está tu nombre. Me soportabas cuando ni yo misma lo hacía y ahora me arranco la piel deseando deshacerme de mi misma.

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